Un valeroso Europa ha merecido el triunfo, pero Vidal y los postes han llevado el título hacia Bilbao
Mucho tardarán en olvidar los animosos aficionados del Europa la final vivida este domingo 13 de mayo de 1923 en el campo de Les Corts. Bajo un cielo soleado que hizo diluir los temores lluviosos de las horas previas, Europa y Athletic disputaron una durísima batalla balompédica que se llevó quien menos méritos realizó para llevarse el prestigioso título de campeón de España. Seguramente ni unos ni otros hicieron gala de su buen hacer futbolístico demostrado en las eliminatorias previas, probablemente limitados por los nervios y lo que había en juego en tamaña contienda. Pero no hay duda, e incluso así lo reconocieron miembros del equipo bilbaíno con posterioridad al encuentro, que el equipo graciense fue mejor y mereció ganar con holgura. Decidió un gol de Travieso, y como no seremos nosotros quienes discutan la legitimidad de dicho triunfo, sólo cabe felicitar a los campeones, que se llevan la copa por décima vez.
Larraza, Carmelo, Germán, Vidal, Aguirrezabalaga, Sabino, Legarreta, Acedo, Sesúmaga, Duñabeitia y Travieso
Muchísima expectación había levantado el 'match' que ponía fin a la trayectoria de ambos conjuntos antes de plantarse en la final: el Europa llegaba tras haber eliminado a Sevilla y Sporting, y el Athletic tras deshacerse en el camino de Real Madrid y sus vecinos de la Real Sociedad. Se cuentan por centenares los aficionados que hicieron cola delante de las taquillas del estadio de Les Corts durante toda la noche, con el objetivo de conseguir una entrada. Según contaban fuentes fidedignas, se agotó el papel, y se consiguió una recaudación récord en la historia del fútbol español, cifrada aproximadamene en unas 80.000 pesetas. Horas antes del inicio del encuentro se resolvió también la incógnita sobre el trencilla que impartiría justicia sobre el terreno de juego. Aunque se intentó sin éxito que fuera un árbitro británico el que viajara para efectuar dicho papel, finalmente tal honor recayó en el señor Rasero, ayudado por lo señores Colina y Sampere como jueces de linea, y los señores Mariné y Peris como jueces de 'goal'. Aproximadamente sobre las cuatro y media de la tarde, los protagonistas del encuentro hicieron acto de presencia sobre el terreno de juego, ante la algarabía de la parroquia reunida en el estadio, que llevaba minutos reclamando el inicio del 'match'. El 'kick-off' inicial tuvo lugar a las 4 y 37 minutos de la tarde, con los del escapulario jugando de espaldas al sol.
Cros lo intentó de todas las maneras posibles, pero se encontró una y otra vez con un inexpugnable Vidal
Aunque el saque inicial corresponde a los bilbaínos, el Europa demuestra desde los primeros segundos su enorme apetito atacante. Una rápida recuperación de Pelaó propicia una rauda combinación entre Juliá y Cros, quien realiza el primer 'shoot' a la meta rival, respondido a la perfección por un Vidal perfectamente ubicado bajo el marco. El inicio de la final es frenético, y los jugadores de mr. Fred Pentland reaccionan con bravura, a veces ultrapasando los límites del reglamento. El portero escapulado Bordoy acaba conmocionado en el suelo tras una dura arremetida de Travieso, respondida con abucheos desde la grada. Afortunadamente, el guardameta puede continuar el 'match', que prosigue su ritmo frenético y correoso, y con intentonas de unos y otros para estrenar los respectivos casilleros anotadores.
Bordoy es ayudado por sus compañeros, tras un brutal impacto con Travieso
Lo intentan Julià, Olivella, Alcázar o Cros, pero unas veces aborta el peligro Vidal, otras inestimables defensores como Acedo o Larraza, e incluso los postes del marco del equipo vasco parecen cobrar vida y ensancharse para evitar lo que gran parte de la grada ya canta como 'goal'. Pero quién cantará la palabra deseada será la otra parte de la grada, la de los seguidores bilbaínos, e incluso muchos otros barcelonistas que apoyan al conjunto vasco, todavía escocidos por la derrota de su equipo ante el Europa en la final del Campeonato de Catalunya jugada un par de meses antes. En el minuto 37 del 'match', sobre las 5 y 14 minutos, el defensor escapulado Artisús hace una cesión defectuosa de cabeza que va a parar a los pies de Germán. El habilidoso jugador del Athletic se escapa raudo y talentoso por la banda, hace un centro que intentan despejar un defensor y el portero europeísta, con tanta desdicha que el balón cae al cuerpo de Travieso. Éste remata con la rodilla y con toda el alma para envíar el cuero al fondo de las mallas. A pesar de todo, el Europa no cae en la desesperación e intenta anotar el empate antes del descanso, pero con idéntica suerte que hasta entonces. Antes de llegar a la pausa, el guardameta escapulado Bordoy sufre un desvanecimiento y tiene que ser atendido, provocando la suspensión del 'match' durante unos minutos de tregua.
La segunda mitad se inicia con un Europa desbocado y decidido a conseguir igualar la contienda con premura. El Athletic se defiende de las acometidas catalanas con inédita y extrema precaución, pero gran solidez y orden en todas sus lineas. El partido es durísimo, de gran desgaste y tenacidad, y el trencilla parece perder el control del encuentro por momentos. Los jugadores gracienses reclamarán hasta dos posibles penas máximas, y los bilbaínos hacen lo propio en otra ocasión, pero el señor Rasero opta por la permisividad o la prudencia extrema antes de tomar decisiones que puedan cambiar el signo del partido. Los catalanes tampoco se andan con chiquitas en el cuerpo a cuerpo con los rudos futbolistas bascos, y en esta ocasión es Olivella quien carga con dureza contra Vidal, dejando lastimado al goal-keeper bilbaíno. En la parte final, caerá también desmayado, fruto de los golpes, la tensión y el sobreesfuerzo al que está siendo sometido.
'Shoot' de Cros y Vidal ataja; la jugada se ha repetido una y otra vez esta tarde en Les Corts
En alguna ocasión coge al aire el Athletic e intenta inquietar el marco defendido por Bordoy, pero la segunda mitad es un asedio graciense. La contienda parece destinada indefectiblemente al tanto del empate: lo intenta Pellicer, Alcázar, Julià y, una y otra vez, el bombardero Cros, pero todos parecen afectados por un extraño hechizo o maldición que les impiden acertar en sus intentos. Hasta 13 intervenciones decisivas de Vidal, las piernas de los acertados defensores bilbaínos, o esas maderas que insisten en acaparar el protagonismo en incontables ocasiones, llevan el partido al terreno vasco, para desesperación de los jugadores de mr. Ralph Kirby. Los aficionados gracienses acumulan caras de asombro, desesperación y manos a la cabeza. Y sobre las seis y media de la tarde, el señor Rasero utiliza el silbato por última vez, para decretar la finalización del encuentro. 1 a 0, y el Athletic vuelve a ser el campeón de España.
Vidal y los defensores bilbaínos, los héroes del Athletic campeón
FONT: Wikipedia
Opiniones post-match:
Con posterioridad al encuentro, las opiniones eran diversas, pero en ambos bandos coincidían a señalar que el Europa había merecido más.
FONT: Jornada Deportiva
FONT: El Mundo Deportivo
Así lo han visto:
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